Las egagrópilas se consideran un mecanismo de defensa del organismo para poder expulsar restos indigeribles de la comida (plumas, algunos huesos, cereal del buche de las presas, exoesqueletos de insectos, escamas de peces…).
La dieta de las rapaces debe incluir plumas y huesos, tal y como ocurre en sus congéneres silvestres. Antes de recibir una nueva comida, el ave debe haber expulsado la egagrópila.
Manual Básico y Ético de Cetrería (Página: 35 y 77)
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