Modelo geoquímico.
El modelo geoquímico se basa en la composición química de
las rocas y considera que la geosfera está constituida por tres capas cuyos
materiales son de diferente naturaleza.
-Corteza: es la capa más externa y está formada por
materiales rocosos de todos los tipos, es decir, por rocas metamórficas,
magmáticas e igneas. Está dividida en corteza continental y corteza oceánica.
-Manto: es la capa de la Tierra que está situada por debajo
de la corteza y llega a los 2900km de profundidad. El manto está separado de la
corteza por la discontinuidad de Mohorovicic.
Se distinguen dos zonas: manto superior y manto inferior.
-Núcleo: es la capa más interna de la geosfera y va desde
los 2900km de profundidad hasta el centro de la Tierra. El núcleo queda
separado por el manto por la discontinuidad de Gutemberg. Consta de dos partes: núcleo interno y núcleo externo. La
separación entre ellos recibe el nombre de discontinuidad de Lehman.
Modelo dinámico.
El estudio de fenómenos como la orogénesis, el vulcanismo o
los seísmos pusieron de manifiesto que eran necesarios criterios adicionales a
la naturaleza química de las capas para poder entender su dinámica. Se pueden
explicar si tenemos en cuenta el comportamiento dinámico de sus capas.
Desde el punto de vista dinámico podemos distinguir tres
capas: litosfera, mesosfera y endosfera.
-Litosfera: es la capa más superficial, se encuentra
dividida en bloques, las placas litosféricas, que se desplazan unas respecto a
otras sobre la mesosfera. En los límites de las placas se localizan los
fenómenos sísmicos.
-Mesosfera: se sitúa por debajo de la litosfera y se
corresponde con el resto del manto. Se comporta como una capa plástica que
puede fluir por convección.
-Endosfera: es la capa más interna que se corresponde con el
núcleo. El núcleo externo fluido, responsable de generar el campo magnético
terrestre; y el núcleo interno sólido, que actúa como fuente de calor.
La astenosfera se puso en duda hace unos años ya que Wegener
cuando definió su deriva continental, el motor para basar el desplazamiento de
las placas continentales se basó en la existencia de un flujo conectivo en el
manto (luego en la astenosfera) pero hoy por hoy, no hay pruebas suficientes sobre
la existencia de ese flujo conectivo.
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